Cuando te conocí…

>> jueves, 13 de mayo de 2010

Estoy casi un 100% segura que voy a decir que te conocí un día distinto al que vos vas a contar, pero no creo que sea la primera vez que demos dos versiones distintas de lo mismo.

La primera vez que te vi fue un lunes en un recreo, después de la fiesta de bienvenida del colegio. Tu papá era mi profesor de matemáticas y mis compañeros le dijeron que una de las chicas del curso había estado bailando con su hijo en la fiesta. Evidentemente te contó, porque apareciste en el aula preguntando quién te había visto bailar con la fiesta y quién era la chica.

Cuando te pusieron a la chica en cuestión adelante tuyo, te reíste burlonamente y dijiste que ni la conocías. Y así como entraste, rápido y escandaloso, te fuiste.

Por dos cosas me acuerdo de ese momento. Una, porque estaba muy interesada en saber quién era el hijo del profesor. Y dos, porque soy chusma por naturaleza y quería saber con quién había estado mi compañera.

Me acuerdo que me pareciste un rubiecito histérico, maleducado y matón, y me llamó la atención que no te parecieras en nada a tu papá, con quien ya tenía una relación especial culpa de ser “la hija de”. Un condimento bastante interesante en esta historia.

El primer día de clases lo conocí a tu papá. Un tipo morocho, con cara recia, muy pulcro y con su maletín de cuero negro brillante, limpio hasta la exageración, donde traía sus propias tizas e implementos.

Apenas entró al aula le tuvimos miedo. Caminaba como un militar y tras saludarnos en tono marcial, se dirigió al escritorio, dejó su maletín y lo abrió para sacar una franela, con la que limpió el asiento. Una vez en su lugar tomó la lista de alumnos y empezó a llamarnos por nuestros apellidos. Y cuando llegó al mío, levantó la vista por primera vez del papel y repitió el apellido. Y me preguntó“¿Usted es hija de Octavio?”, “Si, es mi papá”, contesté divertida, “¿lo conoce?” y ahí él pareció divertirse, “Si, a él y a su hermana… se parece bastante a ella, espero que no sea tan revoltosa”, agregó. En ese momento la carcajada de mis compañeros cerró la charla.

Después mi tía me contó la historia. Y yo ahora le cuento la nuestra.

Aunque me reservo los detalles de la primera vez que salimos y cuando me viniste a contar que te ibas a casar. Pero eso lo dejo para otros posts.

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